El vino rosado, aunque inferior en popularidad al blanco y al tinto, tiene sus propios conocedores y admiradores. Los vinos rosados de La Manchuela no son menos y son muy conocidos entre los amantes de esta bebida.
Hay muchas celebridades mundiales que no solo valoran el vino rosado como consumidores, sino que también lo cultivan. Por ejemplo, el músico estadounidense John Bon Jovi elabora su vino rosado, que hace un par de años fue uno de los vinos más vendidos en Estados Unidos en su segmento. Y la estrella de la aclamada serie “Sex and the City”, Sarah Jessica Parker, recientemente se probó a sí misma como enóloga: hace un excelente vino rosado de las variedades Sir y Garnacha.
Para producir un buen vino rosado se necesita: buenas uvas, unos enólogos experimentados y artistas, y la generosidad del sol del sur; consiguiendo que los vinos rosados de La Manchuela sean tan aromáticos que de ninguna manera son inferiores a las bebidas producidas bajo las marcas de celebridades mundiales.
El vino rosado es aquel que tiene algo del color típico del vino tinto, pero solo lo suficiente como para darle un color rosa. El rosado se produce en diversos tonos, desde naranja pálido hasta un vivo casi violeta, dependiendo de la uva, los aditivos y las técnicas de producción usadas.
Algo de historia del vino rosado.
Históricamente el rosado era un vino seco bastante delicado. Tras la Segunda Guerra Mundial se pusieron de moda los rosados medio dulces para el consumo de masas, siendo ejemplos clásicos el Mateus Rosé y los blush estadounidenses de los años 1970. El mismo nombre “blush”, que significa “ruborizado”, surgió por casualidad, cuando el enólogo estadounidense Charlie Krek mostró a uno de sus amigos un vino elaborado a partir de uvas Cabernet Sauvignon, y cuyo color no era similar a los vinos rosados conocidos entonces. El amigo sugirió en broma llamar al vino “ruborizado” (“blush”), y el emprendedor Krek pronto registró la marca Blush. El nombre cuajó como marca comercial para los vinos semidulces en EE UU.
Elaboración del vino rosado.
Hay tres formas de producir vino rosado: por contacto con los hollejos, por sangrado (saignée) y por mezcla.
- La primera de estas técnicas, el сontacto con los hollejos, consiste en moler uvas de piel roja, lo que les permite permanecer en contacto con el mosto durante un breve período. Luego se prensa la uva y se descartan los hollejos, por lo que no quedan en contacto con la uva durante todo el proceso de fermentación. Cuanto más tiempo permanezca los hollejos en contacto con el mosto, más intenso será el color del vino.
- En la segunda técnica, el rosado se produce como subproducto de la fermentación del vino tinto mediante un método conocido como sangrado (saignée). Cuando un cultivador quiere agregar más taninos al vino tinto, parte del zumo de rosas se toma temprano. El color rojo que queda en las cubas se vuelve más intenso, el mosto más concentrado. Y del zumo rosa, que se ha retirado del proceso, obtenemos vino rosado.
- Finalmente, la tercera forma de hacer vino rosado es mezcla. Hay que decir, que este método se utiliza con poca frecuencia y consiste en mezclar vino blanco y tinto para obtener una rosa.
Variedades de uva para los vinos rosados en la Manchuela.
Además de los habituales rosados y tintos, también distinguen el vino naranja o vino ámbar. Es vino elaborado con variedades de uva blanca que ha pasado algún tiempo de maceración en contacto con hollejos.
Es curioso que el vino rosado se puede elaborar con cualquier variedad de uva tinta.
Dado que la Bobal es una de las variedades de uva más habituales en Castilla La Mancha, es lógico que los mejores vinos rosados de La Manchuela se elaboren a partir de esta variedad de uva. La Bobal es una variedad de uva tinta que tiene un gran potencial para viticultura ecológica. Da un vino más ácido y menos alcohólico que la mayor parte de las variedades españolas. Es una cepa grande, de porte semi-erguido, con sarmientos gruesos erectos y densos. Los vinos rosados de la Bobal ofrecen un aroma ligero con tonos herbáceos y con una acidez media.
Vinos rosados en la Manchuela.
Según la información de la Asociación Pro-Vinos Denominación de Origen, los vinos rosados de La Manchuela poseen un precioso color rosa fresa con destellos violáceos. En nariz predominan los aromas primarios de buena intensidad, destacando los de frutas rojas como la fresa y la frambuesa, que se vuelven a expresar en boca con notas alegres, vivaces, equilibradas y elegantes.
En La Manchuela, donde se producen anualmente unos 2,5 millones de hectolitros de vino de alta calidad, la proporción de vinos rosados es poco notable. Pero esto no significa que no haya tesoros reales. Entre los vinos rosados de La Manchuela, destaca Capricho Divino Rosé de la bodega VegaTolosa – vino rosado joven semidulce 2020 ecológico y vegano. El vino da un intenso aroma a golosina, recuerdos a frambuesas y violetas y tiene color atractivo rosa y cristalino. Se elabora por maceración pre-fermentativa en frío para conseguir el color deseado, los aromas frescos y buena boca. Se descuba por gravedad y el mosto flor resultante es fermentado a baja temperatura. Por supuesto, este vino se produce de la uva Bobal, que se cultiva a 750 metros sobre el nivel del mar.
Consejos de maridaje.
Todos vinos rosados de La Manchuela se caracterizan por la acidez y la ligereza inherentes al blanco, también existe la saturación inherente al tinto. Gracias a esto, el rosado se puede llamar como universal: se combina bien con platos de carne, pescado y verduras, frutas, casi cualquier alimento. El vino rosado va especialmente bien con paella, mariscos, la mayoría de quesos, patés y postres. Se sirve frío a 8-10 °C. Esta es una gran bebida para una cita romántica y para una calurosa noche de verano.
Y lo que es especialmente importante: para tomar un delicado vino rosado no hace falta ser una celebridad ni viajar a otros países. Todos los matices de gusto y placer te serán presentados por los vinos rosados de La Manchuela.